Publicamos a continuación los artículos que han aparecido
en la Revista "Amigos de Hacinas", haciendo referencia al tema de las tenadas.
En ellos sus autores nos dan una visión mas amplia de la utilidad,
vida y tareas que se desarrollaba entorno a las tenadas.
Rev. nº 35 Año VIII. II Trimestre
1.987 Autor: Antonio Cámara Antón
Rev. nº 44 Año X.
III Trimestre 1.989 Autor: Vicente del Hoyo y Antonio Cámara Antón
Rev. nº 62 Año XV.
I Trimestre 1.994 Autor: Antonio Cámara Antón
Rev. nº 63 Año XV.
II Trimestre 1.994 Autor: Antonio Cámara Antón
UN
L U S T R O EN LA H I S T O R I A
DE H A C I N A S (1.955-1.960)
Haciendo un poco de prólogo a lo que quiero escribir diré
que es mi intención transmitir a unos y recordar a otros,
lo que en este periodo de tiempo pasó, aunque mi fin, si es que
sé hacerlo, es referirme a un tipo de actividad muy concreta
que fácilmente se descubrirá. Por la fecha se ve que no es
una época lejana, pero sí lo suficientemente por el cambio
que en la vida de Hacinas se ha producido, para que muchos hijos de las
personas que aparecerán en el artículo les suene a música
celestial los comentarios que sus padres, como no, más de una vez
les habrán hecho.
Así en aquellos años, Hacinas , compuesta de una población de unos 120 vecinos, unos 600 habitantes y antes de que empezara la emigración y se conocieran las fábricas de empleo colectivo, todo el mundo tenía que vivir con lo que las pocas propiedades y mal terreno nos facilitaba, la renta per capita era baja, pero la alegría quizás más elevada que hoy, así entre las ocupaciones que existían para emplear a mayores y jóvenes, una muy propia de la juventud era el pastoreo, por ello era la mayor fuente de ingresos y se contaba con 300 vacas, 60 burras, 30 yeguas, 500 cabras, y 4.000 ovejas que trimestralmente eran contadas por los recaudadores de impuestos, que era una comisión del pueblo. Todo tenía su atractivo, el toque de la bocina, que variaba la hora según época, salían vacas, burras y yeguas. En el toque de bocina se distinguía la persona que lo hacía según su habilidad en los sonidos que emitía. Los personajes más destacados que yo recuerde, y no quisiera que se molestaran ni los que recuerdo ni los olvidados, entre otros fueron: Tomás Terrazas, Miguel, Mauricio, José Luis, Romualdo, Julián, Quico,... estos y otros cuidaron las vacas de Hacinas. En los meses de verano necesitaban de ayuda y contrataban a un "Zagal" al que por turno le tocaba cuidar los novillos, pues normalmente solían ser tres. También en la época de verano, junto con las vacas llevaban 8 ó 10 cabras que les proporcionaban el 50% de alimento, en especial cena y desayuno, el jornal que recibían era grano, especialmente trigo, un tanto por animal, que solían cobrar poco después de verano y antes de que las troges se vaciaran. Concurridas y llenas de rebaños estaban todas las tenadas de Valdequizán, aunque estas generalmente en época de verano, Cabeza el Ruyo, lugar entrañable para Pepe Olalla y Manuel Olalla, y otros menos asiduos al lugar; ahora sólo quedan señales de haber existido, igualmente las tenadas de Santiuste y las Grandes cuyos titulares podríamos determinar en Manuel Terrazas, Augusto Alonso y otros, las tenadas de Fuenteseco y Valdehontoria, esta última en exxclusiva para Guillermo y las primeras compartidas por Guillermo, Agustín Rey y Salomón. También Valdemocinos y Valdepino, la primera para Cirilo y Florencio, las segundas de Manuel Terrazas y AntonioVerde, mención especial a la tenada de la Rasada en exclusiva de Agustín Rey. También existían las tenadas de Bartolino pero que ya no se cerraba en ellas por el estado de deterioro en que se encontraban, quedando en la actualidad sólo algún vestigio de su existencia. La gran masa de rebaños se centraba en el Bardal, en particular en la época de la estepa que cerca andaba de que unas ovejas se comieran a otras, los clientes fijos de la zona eran : "la Sorda", Honorato, Salomón, Marcelino, Atanasio de Juan Cayo Federico, y José Antón, y así haciendo el recorrido llegamos a Vegagete, cuyo lugar me atribuyo por las horas pasadas por esos parajes, acompañado algún que otro rato a los que iban arando, algunos incluso sin reja y así eran luego las cosechas. Al terminar el día se cerraba el ganado, y en cuadrilla se regresaba al pueblo en medio de un ambiente de sana alegría y cordialidad, para algunos de los mencionados el jornal que se percibía por esta labor era el estiércol que producía el ganado que después servía de abono para las tierras de labor. A grandes rasgos estos son mis recuerdos de aquella época, con
un poco de nostalgia y alegría al mismo tiempo por la
evolución sufrida en el aumento de bienestar, la pregunta sería
si no podría haber una fórmula intermedia que no dejara todo
esto desolado.
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Articulo de la revista Amigos de Hacinas.
nº 35 Año VIII. II Trimestre 1.987 Autor: Antonio Cámara Antón |
L
A S T E N A D A S
F i n d e u n a r a z a.
Los que aquel día de agosto salimos de mañana a recorrer las viejas tenadas, no lo hicimos por puro romanticismo. Era necesario rescatar una historia de realidades y de personas. Esos tejados hundidos y esos montones de piedras no son solo un modelo de construcciones que ya está a punto de desaparecer. Es también el fin de una raza, de unos hombres y mujeres, que a partir de los diez años en muchas ocasiones, quemaban. una parte de su vida cerrando en las tenadas, durmiendo a la intemperie con una simple manta... Muchas veces sin poder saciar su apetito ni siquiera con pan y tocino. | ||
ORDEN NUMÉRICO DE CORRALES Y TENADAS Y SITUACIÓN DONDE SE ENCUENTRAN. |
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Articulo de la revista Amigos de Hacinas.
nº 44 Año X. III Trimestre 1.989 Autor: ?? |
En la revista nº 62, se inició un artículo
con el tema "LAS TENADAS", describiendo su forma, función y situación,
ayudado de un plano. Este plano marca un término más pequeño
rodeando al pueblo a cuya superficie en su conjunto se llamaba dehesa.
Luego hay otro límite de término en forma de anillo rodeando
la dehesa, parte de este terreno es comunero con los pueblos limítrofes,
y es de donde se mantenía el ganado durante el periodo en que estaban
fuera de la dehesa.
En estos espacios de terreno se tenían que mantener toda la hacienda
de Hacinas, que para mayor ilustración, reseño el ganado
que había en el recuento del 2º trimestre del año 1.959.
La ganadería estaba muy repartida, todos los vecinos tenían
ganado, lo más corriente era que cada vecino tenía unas 30
ovejas y 3 vacas, el que más tenía no pasaba de 300 ovejas
y 10 vacas.
Con las cargas sobre este ganado y algún otro ingreso, el Ayuntamiento
tenía que cubrir su presupuesto que en este mismo año ascendía
a 67.779.- pesetas. También decir que este año había
en Hacinas 112 vecinos, unos 500 habitantes.
LA DEHESA .- En este término de terreno desde el 25 de Abril "San Marcos" hasta el 13 de Diciembre "Santa Lucía", solamente pastaban las vacas administradas en una manada llamada "BOYADA". Para controlar este ganado, en este caso 224 vacas, se contrataba a tres boyeros que eran los encargados de guardarlas durante todo el año. Desde el 29 de Junio al 15 de Agosto, se formaba la "VACADA", consistente en el ganado vacuno joven o que no fueran de labor. Para esta vacada también estaba vedada la dehesa. De aquí sacamos que la dehesa estaba destinada a alimentar al ganado de labranza, que por el día trabajaba y por la noche pastaba. Al tener los pastos cerca del pueblo siempre era más fácil llevar o traer según las necesidades de la faena. LA COJUDADA .- Desde el 15 de Agosto al 1 de Noviembre, se constituía un rebaño que pastaría dentro del término de la dehesa. Este rebaño solo estaba compuesto por ganado macho, lanas o cabrío y se hacía con el fin de aprovechar las hierbas que no se comían las vacas y que engordaran para poderlos vender para carne. LA BURRICADA .- En ella se concentraban todas las burras que había en el pueblo, aunque tampoco pastaban en la dehesa, cada noche venían al pueblo a dormir, lo mismo sucedía con la YEGUADA, que estaba constituida por las yeguas. LA CABRADA .- Esta existía desde el día 25 de Abril al 13 de Diciembre, y la constituían cabras que daban leche para el alimento, generalmente de la mañana y la noche, cada vecino solía tener dos o tres. Este alimento era apreciado por los niños. Al no poder pastar en la dehesa, estas cabras cada día tenían que hacer grandes distancias para encontrar la comida. Y éste sería el resumen de la finalidad de las tenadas
y la forma de aprovechamiento de sus pastos. Nada se quedaba sin control
y todo era rigurosamente administrado y controlado. Se puede apreciar la
disponibilidad asociativa para administrar conjuntamente los pastos y rebaños,
todo ello dirigido por el Ayuntamiento que era quien ajustaba a los pastores,
pagando después cada uno en función del ganado que tenía.
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Articulo de la revista Amigos de Hacinas.
nº 63 Año XV. II Trimestre 1.994 Autor: Antonio Cámara Antón |