Publicamos a continuación los artículos que han aparecido
en la Revista "Amigos de Hacinas", haciendo referencia al tema de Fuentepeña.
En ellos sus autores nos dan una visión mas amplia de la utilidad,
vida y tareas que se desarrollaba entorno al lavadero.
Rev. Nº 42 pag 28 "Monólogo de Fuentepeña".
Autor: Anastasio Antón.
Rev. Nº 72 pag 28 "Fuentepeña, sola
ante el peligro". Autor: Ventura Alonso.
Rev. Nº 33 pag 15 "Tareas del ayer. La colada".
Autor: Ricardo Molinero.
Rev. Nº 89 pag 20 "Frente a frente con: Avelina
del Hoyo Benito". Autor: Porfirio Olalla.
Tarde soleada y apacible de otoño ,que invitaba a dar
un paseo tranquilo por el campo. Sin casi saber como, contemplando el pai-saje
,que comenzaba a cambiar el verde ropaje del bosque por un amarillo ambarino,
me encontré ante el lavadero de largo tiempo que no le habida
visto y su abandono y soledad me conmovieron. Casi me sentía poeta
y capaz de dedicarle una alegría.
Lo contemple largo rato. El descuido y abandono se acusa en-tre sus carcomidas piedras, invadidas por la maleza. Los nuevos tiempos le han orillado y relegado a la categoría de algo inservible y trasnochado. De pronto pareciome ,como si cobrara alma y vida y con acento dolorido me dirigiera sus reproches y lamentos. Es duro verme así, después de un siglo largo prestando mis servicios desinteresados ,con una dedicación ejemplar y ,cuando aun me encontraba en plena forma ,para seguir en la brecha ,co-laborando con mis excelentes aguas al lavado perfecto de la ropa. Y como me pesa mi soledad acostumbrado, como estaba, a la grata compañía de las mujeres y a sus animadas conversaciones, aunque a veces también eleva-ban el tono mas de lo justo, sin que afortunadamente llegara la sangre nun-ca al río. Yo entonces me creía un tanto importante, porque era algo así como una agencia de noticias y sala de prensa, donde se hablaba de todo lo humano y divino. Por eso no te tiene que extrañar, que no pocas veces, se acercara, a escuchar algún avispado ,particularmente pastores, tratando de hus-mear alguna noticia interesante. Y no veas la que se armó, cuando las féminas en alguna ocasión ,guiparon al intruso. Como colmena alborotada salieron' en hilera con cubos de agua y prendas chorreando otras. al infortunado adán; y pobre de él lograron darle alcance. Cuántos recuerdos guardo en mi memoria....Recuerdo las grande avenidas que llenaban de lodo y broza mis aguas y manchaban alguna vez arrasando la ropa ,que yo habla lavado con tanto primor. En alguna ocasión de estas tuve la satisfacción de prestar mi tejado ,como tabla de salvación a alguna mujer sorprendida por la crecida. Un pesar abrigo ,no obstante ,de todo este tiempo ; que alguien ,en
hora mala ,se sirviera de mis aguas bienhechoras ,como vehículo
¡ de muerte. Cierto que yo no tuve la culpa; pero su recuerdo me
entristece. La tarde declinaba. El sol se ocultaba ya tras la Pena de Vi-llanueva
y yo me despedí' del melancólico y triste lavadero. Le prometí
no olvidarle y volver pronto a pasar un rato amigable a su lado. Y además
le di mi palabra de caballero de escribir en la revista algo sobre él
;sobre su nacimiento hace un siglo. Y ,como nobleza obliga, pienso cumplir
mi pa-labra ; pero será en otra ocasión.
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Articulo de la revista Amigos de Hacinas.
Rev. Nº 42 pag 28 Autor: Anastasio Antón. |
Fuentepeña,
sola ante el peligro
Hace unos siete años, como consta en la revista n0. 42, Anastasio
se puso romántico contemplando Fuentepeña sumida en el olvido.
Recordaba la importancia de aquel paraje entrañable donde las
mujeres vivieron momentos inolvidables. Por aquel entonces, Fuentepeña era el punto clave para las féminas hacinenses, como lo era la taberna para los hombres, mientras degustaban el ~ y el porroncito de vino al amor de la estufa, las noches de invierno. Este último verano nos fuimos unos cuantos a visitar Fuentepeña, armados de herramientas. Habíamos contemplado su estado de abandono e intentamos remediarlo en lo que estaba de nuestra parte. Nos llamó la atención, al vaciar el agua, la perfecta elaboración de su estructura. El constructor burgalés, contratado por el Ayuntamiento, hace aproximadamente un siglo, realizó la obra por el no despreciable precio de unos 2.500 reales castellanos. Se esmeró en su obra que permanece firme y perfecta. Un detalle que nos llamó la atención: la última fila, antes de las losas cimeras, está rematada con vigas de roble. Es curioso constatar que la madera, metida en el agua, se conserva perfectamente después de un siglo... Estas sencillas reflexiones tienen como objeto el animar a todos a conservar y mejorar este lugar emblemático que forma parte vital de una ya larga historia de nuestro pueblo. La peña en forma de oso que guarda desde lo alto este paraje, forma parte de este conjunto con la fuente. De ahí el nombre de "Fuentepeña". A pesar de estar protegida por la figura arrogante del oso, Fuentepeña es como una isla solitaria en medio del valle. Cuando se presentan con furia las tormentas de verano, todas las hondonadas lanzan sus torrentes de agua en esa dirección. Sola ante el peligro, más de una vez ha sufrido importantes heridas por las aguas embravecidas. Contaré un caso: allá por los años treinta se encontraba
Avelina y su prima Concha, ambas de unos quince años, lavando en
la fuente. De repente descargó la tormenta. Las dos
contemplaron
Fuentepeña sigue sola, sigue triste esperando siempre la visita
cariñosa de los actuales hacinenses. Casi siempre pasan de largo
o, a lo sumo, una mirada lejana e indiferente. Fuentepeña no quiere
sentirse inútil. Quiere, por lo menos, alegrar con sus aguas profundas,
la mirada curiosa de los que se acercan a ella. Seria bueno que no pasáramos
de largo. Si, de paso, aderezamos un poco su verde cabellera.
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Articulo de la revista Amigos de Hacinas.
Rev. Nº 72 pag 28 Autor: Ventura Alonso. |