VICENTE DEL HOYO

 

De nuevo Santa Lucía

Ya se oye ruido en la Ermita a

fiesta tocando está el campanillo,

y la gente se agrupa jubilosa

en este acogedor y bello rinconcito.

Por el campo entre alegres matorrales

todos van buscando su aposento,

y alrededor de esta venerada Ermita

impacientes esperan

para entrar dentro.

Unos salen y otros entran

con alegría a la Ermita,

pero antes con mucho fervor

estampan sus labios en la reliquia.

 

Por el camino entre alegres matorrales

va la solemne comitiva,

y todos se agrupan jubilosos

para besar el manto de Santa Lucía.

Delante unos van danzando

otros detrás rezan con fervor,

y Santa Lucía virgen soberana

a todos les va repartiendo amor.

A nadie ya la oscuridad le importa

si viene aquí a rezar con alegría,

porque a todos los que acudan con fervor

con su divina luz les guía.

Se mueven de un lado a otro

con verdadera ilusión y alegría,

y van saludando a las gentes

que llegaron aquí a pasar el día.

Con el pañuelo en la mano

se van acercando a Santa Lucía,

para poderle pasar por su manto

con fervor en este jubiloso día.

 

Santa Lucía acepta las ofrendas

a todos los que a visitarla llegan,

y la piden la luz que ellos

necesitan que una vez más

a sus hogares llevan.

Con lágrimas llenas de emoción

delante de la Santa ellos están,

y rezando se despiden hasta siempre

porque el próximo año volverán.

 

Volverán de nuevo jubilosos

a visitar de nuevo a Santa Lucía,

y renovar una vez más la promesa

que la hicieron hace un año en este día.

A tu lado hoy volvemos a cumplir

las promesas que hace un año te ofrecimos,

y disfrutar a tu lado una vez más

de la luz que hace un año te pedimos.

 

Vicente del Hoyo