CIRA DE JUAN
El día de Santa Lucía
Santa Lucía, Hacinas, Rumor de fiesta!
Ecos que el alma guarda como de orquesta
lejana y que al unísono puebla los aires
en Madrid, en Caracas o en Buenos Aires.
Allí donde palpita con ritmo fuerte
un corazón que lejos llevé la suerte.
Su recuerdo es como una dulce fragancia
de juventud perdida y lejana infancia.
El mundo en que vivimos es tan pequeño...
Lo abarca sin esfuerzo mi loco empeño
de cruzar ríos, bosques, mares, colinas,
y antes de darme cuenta ya está en Hacinas.
El camino festonan lindos paisajes
que las penas ofuscan con sus celajes;
mas, todas se disipan en un momento
si en la Ermita reclino mi pensamiento.
Y gloria del recuerdo ver cómo pasan
gentes, bailes, tienduchas... y que se abrazan
padres, hijos y hermanos que en este día
junta por un milagro Santa Lucía.
Carretera y Calvario, Peña y Hontana
vistos desde el Castillo en esta mañana
parecen copia exacta de algún tapiz
que recuerda una gesta de Mió Cid.
Densas nubes de polvo llenan los trajes
de los que van y vienen en oleajes;
y el aire que respiran llega cargado
de aroma fragante a cordero asado.
Cordero que en la mesa es maravilla,
que sólo conseguirse puede en Castilla.
No hay manjar parecido en la tierra entera.
!Mi madre lo guisaba de una manera!...
Brindis de mi madre:
Jesús, por que podamos ver otro día
con aumento de gracia Santa Lucía;
bendice a los amados hijos ausentes
que en el alma llevamos siempre presentes.
Amén. y en susurrante rumor de frondas
las santas bendiciones llevan las ondas
a poblar misteriosamente los aires
de Madrid, de Caracas, de Buenos Aires.
Cira de Juan