Diccionario
Autor:
Jesús Cámara Olalla

 

 

Introducción

Quien desee conocer el significado de palabras como cirato, titones, mostrenca, paturrillo, amurriarse, calvero, etc, etc., deberá consultar este Diccionario, que creado en clave local, viene a rellenar un hueco vacante entre los diccionarios de nuestra lengua.

El diccionario está conformado por 4.671 palabras (1.296 de las cuales no figuran en la 22ª edición del Diccionario de la Real Academia Española de la Lenngua) y 2.276 expresiones (dichos, refranes, locuciones...), repartidos en 33 campos léxicos.

Su autor nos dice:

"El objetivo de este diccionario es ser parte de la memoria histórica del siglo XX de un pueblo, que es el mío, cuyo modo de vida de sus habitantes cambió drásticamente, a mejor, en el último tercio de siglo XX pero con menos población. Desaparecieron la agricultura y la ganadería tradicionales, que eran su sustento. Se perdieron casi los usos, las herramientas y los vocablos que los describían. Pero no se desvanecerá una parte de esta historia; quedarán… sus palabras en este sencillo diccionario."

Contexto

Viví la segunda mitad del siglo XX en el pueblo, al menos en las temporadas de verano, y también se me hizo algún callo tendiendo la basura, la hierba y los haces en la era. El habla de la familia y de sus gentes se hizo mío e impregnó mi léxico con un potencial elevado de palabras hacinenses.
La revista “Amigos de Hacinas”, cuyo primer número salió en 1980 editada por Asociación “Amigos de Hacinas”, tuvo como uno de sus logros el de revitalizar actos
culturales y rescatar tradiciones. En ese empeño empecé a recoger palabras en trance de desaparición y que hoy los niños y jóvenes desconocen hoy porque los trillos, los arados romanos y los carros permanecen atacados por la polilla y el olvido en las casonas, en el mejor de los casos, cuando no han sido troceados por el hacho para dar calor en la cocina. De forma regular y trimestralmente en cada revista, bajo el epígrafe del “Habla hacinense”, daba a conocer una veintena de palabras con su significado. Pretendía ser una humilde recopilación de palabras especiales que se decían en el pueblo de Hacinas entre los años 1950 y 1975 y a las que agrupaba por un centro de interés. Así sucedió hasta 1990. A partir de este año lo hice muy distanciadamente.
Casi puse término a la compilación con el número 100 de la revista en el año 2003. El total de las palabras que aparecieron fue de 927.
Es obvio que desconociera cierto léxico de la primera mitad del siglo XX, que no viví. En la segunda mitad del siglo XX ya habían desaparecido el cultivo del lino y del cáñamo, la industria textil artesanal y algunos entretenimientos; se había modernizado el vestuario. Asociado a ello cayeron en el olvido una serie de palabras: agramar, espadar, estopa, cordejón, liñuelo… parcho, calza, leguis… barra, gurria, garrocha…
Las conocí al conversar con personas mayores nacidas en los años 20 ó 30 del siglo pasado o con los artículos aparecidos en la revista.
Entrado el siglo XXI y con la ayuda de internet visité páginas web de pueblos castellanos en el que recogían su vocabulario. Esto me ayudó e incentivó para recordar palabras archivadas en lo más recóndito de mi memoria. Pude contrastar su significado en diferentes fuentes.
En esta fase fui añadiendo dichos, decires, refranes, sentencias con sabiduría popular, alguna adivinanza, comparaciones…
En el año 2008 pasé el borrador del diccionario a los “académicos hacinenses” que aparecen como colaboradores al principio del libro y que me dieron sus correcciones y a algunos fui avasallando con preguntas, como si de exámenes se tratara, para solventar dudas y contrastar significados.
Aquella primera compilación del “Habla hacinense” con 760 vocablos que hizo Eloísa Gómez Olalla en 1991 de todo lo que se había publicado” quedaba un poco corta. Este diccionario, supera ya los cuatro mil vocablos.

Si algún mérito tiene este diccionario será el trabajo de campo de recogida de palabras y la anotación de significados. Pretende únicamente ser la memoria lingüística del siglo XX de un pequeño pueblo castellano: la instantánea fotográfica de las palabras usadas.
Eso mismo ya lo había hecho Miguel Delibes en sus libros, todo un maestro en el arte de trasvasar los vocablos tradicionales del habla de la meseta castellana a sus novelas: “Diario de un cazador”, “Diario de un jubilado”, “Cinco horas con Mario”.
Las generaciones venideras tendrán que releer sus libros con un diccionario al lado ya que su rico vocabulario rural les será desconocido. Rezuman éstos muchas palabras que también son del pueblo de Hacinas.